Ya han pasado 3 meses desde la operación.
Que sea bueno o malo todavía no lo sé, pero el tiempo pasa de prisa. Es que la
clasificación “bueno” o “malo” dependerá de cómo se miren las cosas… por
ejemplo el peque tiene 13 meses y esto es bueno porque está creciendo. Pero es
malo porque está creciendo muy de prisa y ya me cuesta recordar la sensación de
tenerle en brazos cuando pesaba menos de 4 kg. Recuerdo que tenía como la
sensación de que podía escurrirse de repente por la poca cosa que era pero no
recuerdo todos los detalles. Es curioso.
Pues nada, que ha pasado un
tiempo. Me están controlando (como a todos los que hayan pasado por este tipo
de operaciones… vamos a ser “controlados”
de por vida, por lo menos una vez al año nos espera la cita con el túnel de la
resonancia magnética). Y analizando los resultados de la última resonancia, el
neurocirujano me ha dicho que lo mejor que se podía hacer ahora con los restos
del tumor era darle una buena dosis de radiación para estar más tranquilos. La
radiación se cargaría las células tumorales que pueden haber quedado por allí
(y seguro que han quedado porque los resto tienen forma de una judía vacía con
unos milímetros de grosor del borde) e intentar reducir la capsula para que
reduzca su tamaño y deje de presionar el tronco encefálico.
¿Suena bien? Pues no. Pero como
se dice aquí, ajo y agua y a ver si con la radio acabamos de solucionar el
problema.
Esto no pasaría si me hubiesen
extirpado todo el tumor, pero NI POR UN MOMENTO he cuestionado las decisiones
del neurocirujano: si lo hubiesen hecho ahora tendría parálisis facial
permanente y vete a saber que más problemas. Diré una vez más que apoyo al 100%
sus decisiones, estoy encantada que haya decidido dejarme mi cara e intentar
combatir lo que queda de tumor por otro camino. ¿Lo peor que podría pasar? Que
dentro de unos años (¿quizás 10? ¿Quizás más? ¿Quizás nunca?), esto vuelva a
crecer y tengan que quitármelo todo. Pues son más años que habré vivido con mi
cara, sin complejos, sin mirarme en el espejo recordando cada vez que he tenido un tumor
cerebral.
Pues nada, ahora estoy a la
espera de que me llamen y me digan cuando empiezo con la radio (todavía no se
sabe si será solo una sesión de radiocirugía o mas sesiones de radio estereotáxica, ya os contaré después de hablar con el medico que me tendrá que
tratar).
Durante este mes también ha
pasado otra cosa. En la visita al otorrino me han hecho una audiometría. Ya os
había comentado que no oía nada por el oído derecho… pero me equivocaba. Me han
encontrado un 30 – 40 % de audición: yo no me doy cuenta porque el oído
izquierdo por ahora funciona tan bien que me parece no oír nada por el otro,
pero no es así. Mi oído derecho esta perjudicado pero SI FUNCIONA. Esto de por
si no significa nada, porque no es viable ponerme un audífono ya que con lo
bien que funciona el izquierdo solo molestaría… pero si un día (a los 60 años
por ejemplo… ¡¡¡si es que llego!!), tendré algún problema de audición con el
izquierdo SI que podré mejorar la audición poniendo un audífono en los dos
oídos. Parece nada pero yo pienso que no haber pedido la audición completamente
no tiene precio: es otra cosa que le agradezco de todo corazón a mi médico. Estaba tan contenta cuando lo descubrí que me
eché a llorar como una niña en la consulta del médico con los cascos de la
audiometría puestos. Cuando crees que algo que considerabas tuyo se ha ido,
intentas hacerte una razón de ello, intentas no llorarlo y no echarlo de menos.
Pero cuando ves que todavía está allí, que no lo has perdido del todo aunque lo
hubieras creído, entonces se te encoge el corazón, agradeces lo mas mínimo y te
sientes feliz. Así me he sentido yo.
He tenido mucha suerte, otro
cirujano me habría dejado en otra situación seguro. No puedo parar de pensarlo.
Y no puedo parar de agradecerlo.
Ahora queda por ver cuanta
audición me quedará después de la radio, ya que puede pasar que los nervios,
especialmente el acústico, se vean un poco afectados. Esto también se aplica al
facial, aunque después puede que recupere movilidad tal y como la he recuperado
después de la operación.
Está todo por ver.
En el título de la entrada he
puesto “sometimes shit happens” porque me había hecho la ilusión que todo se
había acabado con la cirugía pero no. Por esto “shit happens”. Pero pensándolo
bien, la “shit” podría haber sido increíblemente más grande. Y REPITO…
agradezco que todo hasta ahora haya ido así.
Pronto contaré más.