Hace semanas que tenía intención
de preparar esta entrada del blog y siempre lo he retrasado. Es una mezcla de
miedo de crear alarmismo y necesidad de documentarse bien antes de escribirla.
Pero ahora aquí estoy: he leído, he buscado y me he basado en mi experiencia
personal. Muchas cosas que diré no dejaran de ser opiniones o experiencias
subjetivas pero da igual, espero os sirvan de ayuda.
Soy ingeniero de
telecomunicaciones, la tecnología me gusta, es mi vida y mi trabajo.
La tecnología móvil: posibilidad
de comunicarte con quien quieras en cualquier momento y cualquier sitio. Los moviles son objetos que unen, que desintegran distancias. Una cosa maravillosa, sí. Pero ¿y
si nuestro cuerpo tuviera alguna reacción a las ondas electromagnéticas a las
que está constantemente expuesto?
Si nos paramos a pensar, cada día
estamos sumergidos en un mar de electromagnetismo: nuestros móviles, las wifis,
los portátiles con wifi, las antenas de la red móvil, los teléfonos inalámbricos,
los hornos de microondas y más cosas que ahora no se me ocurren.
Alguien podrá pensar “¡por dios! ¿Un
horno de microondas funciona del mismo modo que un móvil? ¿Puede un móvil freírnos
la cabeza?”. ¡Alto! Un horno de microondas utiliza las ondas electromagnéticas para
desencadenar varias reacciones que llevan al calentamiento de los alimentos, en el mismo rango de frecuencia que un movil si, pero hay una diferencia básica entre un móvil y
un horno de microondas: la potencia a la que funcionan. Un microondas funciona,
dependiendo del modelo claro, a una potencia de entre 600 watios hasta 1000
watios (no sé si hay modelos con potencias superiores) mientras que un móvil transmiten
con picos máximos de 2 watios (estoy generalizando, hay muchos tipos de
terminales con diferentes tecnologías de transmisión como GSM 850/900, GSM
1800/1900, UMTS/3G con diferentes clases de potencia...).
¿Qué significa esto? Pues para
simplificarlo y que se entienda aunque la comparación sea poco afortunada… si
te tumbas al sol en verano 10 minutos no es lo mismo hacerlo a las 8 h de la
mañana o a las 14 h cuando el sol está más alto y calienta más. Te bronceas en los
dos casos, a lo mejor en el primero se ve poco y en el segundo más. El problema
está cuando te pones 2 horas al sol a las 14 h que te puedes quemar. Y más problemático
es el caso de una piel sensible que a las 10 h se pone media hora al sol y a lo
mejor se quema.
Pues aquí tenemos el mismo
problema: está claro que las ondas electromagnéticas tiene efecto sobre el
hombre. Cuanto no se sabe. Ni que sea igual para todos. Os hago un ejemplo
totalmente subjetivo y basado sobre mi experiencia. En la universidad tenia
asignaturas de antenas de transmisión y hacíamos laboratorios con antenas
transmitiendo a diferentes potencias y con diferentes diagramas de irradiación
(una antena tiene un diagrama de irradiación asociado característico por el
tipo de antena). Al final de la clase algunos amigos (yo incluida) teníamos dolor
de cabeza que podía ser de diferente intensidad: algunos era un ligero malestar y
en otros casos (como en el mío), tenía que irme a casa y meterme en la cama. También
había personas que no estaban afectadas en absoluto. Es totalmente empírico pero
puedo decir que ha pasado más de una vez, cosa que me ha llevado hacer una conexión
1:1 entre laboratorio de antenas y dolor de cabeza, habían diferentes niveles
de afectación y esto me lleva a decir que cada uno tiene una tolerancia
diferente.
¡Vaya tostón que os he metido ya!
:S
Todo esta introducción era para
poneros un poco en situación para poder explicar que la IARC (international
Agency for Research on Cancer
www.iarc.fr)
ha clasificado los campos electromagnéticos del rango de las radiofrecuencia
como “POSSIBLY CARCINOGENIC TO HUMANS”. Si, “posiblemente cancerígenos para las
personas”. Echamos un vistazo a la explicación del IARC sobre esta definición (podéis
encontrar todos los detalles aquí
http://monographs.iarc.fr/ENG/Preamble/CurrentPreamble.pdf):
Group 2B: The
agent is possibly carcinogenic to humans.
This category is used for agents for which there is limited evidence of
carcinogenicity in humans and less than sufficient evidence of carcinogenicity
in experimental animals. It may also be used when there is inadequate evidence
of carcinogenicity in humans but there is sufficient evidence of
carcinogenicity in experimental animals. In some instances, an agent for which
there is inadequate evidence of carcinogenicity in humans and less than
sufficient evidence of carcinogenicity in experimental animals together with
supporting evidence from mechanistic and other relevant data may be placed in
this group. An agent may be classified in this category solely on the basis of
strong evidence from mechanistic and other relevant data.
Conclusión (totalmente personal):
no sabemos hasta qué nivel afecta pero inocuo no parece ser.
Y otra conclusión totalmente
personal también: hace falta hacer más estudios para entender lo que todavía no
se ha entendido.
¿Y porque he hablado de esto?
Porque la IARC está estudiando la influencia de las radiaciones electromagnéticas
sobre los humanos ligadas con la aparición de lesiones como gliomas o también neuromas
del acústico, que es lo que tengo yo. Un bonito neuroma del acústico.
Tener un tumor cerebral no es
bonito, os lo digo por experiencia personal muy a mi pesar, aunque el neuroma
es un tumor benigno (el glioma no lo es, es maligno) es peligroso y muy muy
molesto. Y dependiendo de cómo vaya la extirpación del neuroma lo mínimo que te
puede pasar es que pierdas audición. Lo peor que puede pasar no os lo digo,
mejor no pensar en ello.
Así que (otra consideración totalmente
personal) ¿si no estamos seguros que algo sea totalmente inocuo, porque no
utilizar un poco de prevención para minimizar riesgos?
Al principio, hace ya muchos
años, el móvil era expresión de poder y riqueza: lo usaban los hombres de
negocio, ¿recordáis los aparatos grandes como un zapato del 46? Luego se fue
popularizando su uso, siempre más gente tenía móvil, los precios bajaron, las
tarifas también… al día de hoy su uso es pan de cada día: al final del 2011 se
calculaba que habían más de 6 billones de suscripciones móviles, o sea el 87%
de la población mundial tiene una subscripción móvil. ¿Asombroso, eh?
Hay muchos jóvenes que utilizan
el móvil, y los niños tienen siempre más contacto con él. Imaginaos que la
industria ya los ve como consumidores potenciales y empieza a fabricar modelos
para niños, con muy pocas teclas y muy fáciles de usar.
¿Pero qué pasa con los niños?
Esto es totalmente personal y a lo mejor no tiene fundamento pero su sistema
nervioso y su cerebro están en pleno desarrollo. Su cabeza es más pequeña en proporción
a la de un adulto y los huesos del cráneo más finos. ¿Estamos seguros que las
radiaciones de los móviles no influyan en nada?
Como no estamos seguros, deberíamos
aplicar medidas preventivas como he mencionado antes. ¿Cuáles? Pues por ejemplo
las siguientes:
- Utilizar auriculares cuando se habla por el móvil
- No llevar el móvil pegado al cuerpo
- No acercarse el móvil al oído antes de que se
haya establecido la comunicación (se tiene un pico de potencia en aquel
momento)
- Si los niños quieren jugar con el teléfono,
desactivar la red (ponerlo en modo vuelo)
- No dormir con el móvil al lado de la cabeza (hay
adolescentes que duermen con el móvil debajo de la almohada!!!)
- En casa o en el trabajo utilizar el teléfono fijo
(el cordless también emite radiaciones)
- No usar el movil cuando la cobertura es mala
El tema es no ir para atrás, si
no seguir hacia adelante pero de manera segura para todos. Entonces necesitamos
más estudios para ver qué efecto tienen estas ondas electromagnéticas sobre
nuestros cuerpos, necesitamos mientras tanto prevenir y necesitamos que los
organismos responsables de la salud pública hablen de esto con total
transparencia y sean eficaces tanto en medidas preventivas como en nuevos
descubrimientos.
Continuaré siguiendo el tema con
mucho interés.