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jueves, 17 de julio de 2014

La misma piedra



¡Hola a tod@s! 

No voy a decir nada en plan “cuanto tiempo… tengo que escribir más a menudo” porque no merece la pena, ¡si al final no lo hago nunca! Escribo cuando me da la gana y el tiempo permite (no el meteorológico, si no aquella cosa infernal que hace tic-tac).

No ha habido cambios en mi estado general, si os lo estáis preguntando. Sigo siendo pesada, un poco regordeta y medio sorda, aunque el otorrino me haya dicho lo contrario.

En los últimos meses he tenido una visita a urgencias por un dolor de cabeza de 3 días que no se iba ni con ibuprofeno, paracetamol y dexketoprofeno trometamol (no es una palabrota, es el enanthyum) combinados. Todo normal. No han visto nada. Y la analítica “anodina” (he añadido una palabra nueva al diccionario, o sea que ha merecido la pena ir a urgencias :D) y mirad que casi siempre había tenido la hemoglobina un poco baja y… tachaaaaaaan… ¡llevo más de 4 meses de dieta vegetariana! Así que no matéis animalitos, el hierro y otras cosas las podéis coger de otros sitios, ¡no hace falta matar! Esta última frase es para simplificar mucho mi decisión, pero un día podríamos hablar largo y tendido sobre esto… y de todos modos acabo de decir una soberana tontería ya que la anemia puede ser por mas factores y la hemoglobina baja no significa directamente anemia. ¿Que sacamos de todo esto? Que el cuerpo humano es complejo. Y hay que hacer las cosas no solo por el cuerpo, si no para la mente también. Es importante que las dos partes estén a gusto y a poder ser sincronizadas.

Otro tema es el otorrino. Mi última prueba auditiva ha ido mejor que la anterior, parece que he recuperado audición en el oído derecho. Yo ni me he dado cuenta, porque al final los acufenos quizás cubren la recuperación. Y no ha mejorado mi “performance” en sitios ruidosos: sigo oyendo igual de mal y me entra un dolor de cabeza bestial si me quedo mucho rato.

Todo lo demás, sigue igual. El mundo es igual de injusto, los niños jugando a futbol en la playa siguen muriendo por cohetes enemigos, a los radicales no les gusta la calma y aprovechan la más mínima para matar, nuestros gobernantes creen que no existimos, la gente sigue siendo cruel con personas y animales (todos los que no puedan defenderse son víctimas) y… no aprendemos. Siempre tropezamos con la misma piedra.

Estudiar la historia parece que no nos sirve de nada. Ni nos sirve haber experimentado un dolor en el pasado para que evitemos que se reproduzca para alguien más.

Todo y así… ¿a que merece la pena vivir esta vida? 

Claro que sí, pero yo no soy muy objetiva, vivo en una situación privilegiada.

Que pensáis… ¿merece la pena? ¿Y si cada día hiciéramos algo para generar una sonrisa en quien no la tiene? ¿Merecería la pena aún más?

Un beso, ¡hasta pronto!

p.s. si no hablamos antes de que os vayais de vacaciones, que lo paseis genial, a recargar pilas y volver con mas fuerza!